miércoles, 6 de junio de 2007

Por Ezequiel Alemian


La ciudad se desdibuja
en ambigüedades: una época
cercana, obispos y dictadores,
algunos
destinos personales
perdidos en la hipocresía.

La prosa es fluida y prolija.
Los capítulos son cortos.

La luz del alba
se extiende en las paredes
de mi casa.

Me propongo no dormir
hasta que en la historia
aparezca el amor.

--


Porque
no
pensaba

en los sueños
de los demás

era libre
del amor.

Porque
no
soñaba

era
libre

del amor.

(Leo García)

--

Pensé en vos
un rato por la tarde,
ayer.

A la noche soñé
que hacíamos el amor
de pie,
en los fondos
de una librería.

Ahora escribo
estas líneas

para que te lleguen
en un rato,

o no.


Por Sonia Budassi


Las formas del compromiso

(Fragmento)

Violencia y misericordia: estoy harta de sentirlo. Cuando dijiste lo del casamiento estábamos (la que más estaba era yo) en el hospital más hermoso del barrio, primor de limpieza azul para encubrir la carencia emocional del médico de turno que, al ver mi llanto de dolor después de la anestesia (amputación) sugirió: “Es que sos artista, tal vez por eso sos tan sensible”. Esa fue la primera vez que hablaste del tema. O no. Ya lo habías mencionado varias veces y yo, como gordo engreído infiel de lentes amarillos y llamativas zapatillas modernas, respondí con burdas evasivas inconexas cada vez. En el hospital no había peleas: todo era necesidad, toda la energía en satisfacer la desgracia, en volverla, cómo decirlo, unión. En el hospital te escuché por primera vez con atención y me emocioné, dulce romántica propuesta para nueva romántica doncella ante príncipe de color standard.
Y ahora, en casa, crisis.Amables milanesas de soja sobre un plato sobre una bandeja y sobre el cubrecama y desde tus manos delicadas, (mágico don de cocinero vegetariano refinado extra ligth) se manifiestan los acertados intentos por impedir todo lo que podría decirse; entiendo tu dulce pedido de calma y obedezco; mis lágrimas (todas las lágrimas de amor) siempre provocan fastidio (incluso a mi esforzada madre, madre también de otros niños). Cumplo tu deseo: no volver a llorar. Y mientras tanto, otro cuerpo sangrará partido en dos, (¿qué mitad es la más necesaria?) pero lo que cocinaste es delicioso aunque con eso (o con flores, cartas, bombones de licor) nadie logre amar: nuevos silencios de tu parte conducen a eso que las palabras nunca pueden definir (círculo vicioso, o la matriz misma de la perversión): violencia grotesca de golpes contra la pared (cambiar sangre por marcas violáceas que no dejen rastros duraderos). Decís que soy impulsiva, decís que soy demasiado emocional.